Planeta Freud

Archive for mayo 2011

Toda Neurosis es Infantil

16–05–2011 / Extracto Entrevista para el Blog «EncuentroCulturas»  / Marcelo A. Pérez / Año 2008

Todaneurosisesinfantil* En una de sus charlas ud. expresa que –entre las diferencias entre psicólogos y analistas– los primeros suelen preguntarse por qué se separa la gente, ¿verdad? Ahora; ud. no puede negar que es una pregunta coherente viviendo en una sociedad monogámica… ya que la cultura domina…

MAP: A ver: puede ser coherente… pero no técnicamente viable. Freud no se preguntó eso, sino algo más loco: cómo es posible que, siendo las pulsiones parciales y el infans perverso polimorfo por definción, la gente, en un afán desmedido, universal, pasional e infinitamente buscado, pretenda unirse “para siempre, hasta que Dios nos separe”…

El psicoanálisis subvierte algunas categorías y da vuelta algunas tortillas… Como dice Mássimo Recalcati el psicoanálisis no expresa “la bulímica vomita porque come mucho” sino “la bulímica come mucho para poder vomitar”; he ahí el goce.

Y este es el punto crucial que psicología y medicina excluyen: la teoría del goce no está en sus campos. Y este es el real con que los analistas nos enfrentamos en nuestra praxis…

Goce que, como bien definió Lacan, no sirve para nada, pero sin embargo… Es decir, algo inútil pero que lo poseemos con absoluta pasión. Por eso Isidoro Vegh, decía que los analistas somos “especialistas en lo inútil”…

Esto unido a que el psicoanálisis es “la praxis de la charlatanería”, bueno… después no digan que nosotros no somos los primeros en percibir –como diría Borgesnuestras piadosas limitaciones o imposibilidades.

* Hablando de eso, justamente, ¿no cree que el psicoanálisis eslimitado para algunas patologías?

MAP: No existe lo patológico para nosotros, como no existe la enfermedad. Existe un dolor que el paciente expresa.

Si el psicoanálisis es limitado, que no hay duda que lo es, no es porque falla sino porque existe algo que se llama Transferencia y otra cosa, como dijimos, que se llama Goce (el placer en lo displacentero) que empuja y muchas veces gana la batalla.

Pero la transferencia hacia el analista otorga al análisis todo su poder… En general si un tratamiento es abandonado por el analizante, hay que buscar la causa en el real del analistanosotros no creemos en la Contra-Transferencia que es una bonita forma de sacarse el problema de encima.

¿De qué vamos a culpar a nuestros pacientes? ¿De que tienen inconsciente, o pulsión? Toda contra-transferencia es contra-la-transferencia; por eso en los controles de análisis se supervisa el fantasma del analista que opera en juego; no meramente el “caso clínico”.

Pensar en psicólogos para autistas, psicólogos para anoréxicas, psicólogos para fóbicos… es no-pensar desde el lugar de Freud

Así como tampoco hay psicoanálisis de niños (en todo caso, habrá psicoanálisis con niños): el psicoanálisis es único y es el del sujeto atravesado por su falta.

Es increíble que haya analistas lacanianos que no entiendan esta cuestión

Hace 4 años cuando organizamos con otra colega unas Jornadas sobre Niñez en la UBA; llamé a varios analistas para que participen a hablar sobre niñez; uno de ellosen ese momento presidente de la EOL– me contestó que él no atendía niños.

Me dió vergüenza ajena tener que aclarar este punto por teléfono; sobre todo a personas tan infautadas -porque ser analista no lo excluye de tener un Yo grande como esta sala; incluso hubo uno que me pidió hablar sólo en la mesa y que por supuesto no lo invitamos- y al final preparó su ponencia y se presentó a la jornada.

Hay que entender que todos somos niños con Edipos fallidos cuando nos recostamos en un diván. Neurosis infantil es un pleonasmo.

Ese fue el descubrimiento freudiano por excelencia.

Marcelo Augusto Pérez, 2008 –
http://encuentroculturas.blogspot.com/2008/11/entrevista-del-mes.html

Arte:  Fishingroom
Nicoletta Ceccoli – www.nicolettaceccoli.com

Michel Foucault. Lacan, el «liberador» del psicoanálisis

por Gabriel Meraz

Esta mini-entrevista de Michel Foucault (1926-1984) fue publicada en un diario italiano el 11 de septiembre de 1981, a dos días de la muerte de Lacan.

Foucaultcat

J. Nobécourt: Suele decirse que Lacan ha sido el protagonista  de «una revolución del psicoanálisis». Piensa que es exacta y aceptable esta definición de «revolucionario»?

M. F.– Yo creo que Lacan habría rechazado ese término de «revolucionario» y la misma idea de una revolución en psicoanálisis. El quería simplemente ser «psicoanalista». Lo que a sus ojos suponía una violenta ruptura con todo lo que tendiera a hacer que el psicoanálisis dependiera de la psiquiatría, o a hacerlo un capítulo algo sofístico de la psicología.

El quería sustraer al psicoanálisis de la proximidad, que consideraba peligrosa, de la medicina y las instituciones médicas.

Buscaba en él no un proceso de normalización de los comportamientos, sino una teoría del sujeto. Es porque, pese a la apariencia de un discurso extremadamente especulativo, su pensamiento no era ajeno a los esfuerzos que se habían hecho para cuestionar las prácticas de la medicina mental.

– Si Lacan, como usted dice, no ha sido un revolucionario, es totalmente cierto que sus obras han tenido una influencia muy grande en la cultura en las últimas décadas. ¿Qué es lo que ha cambiado después de Lacan en los modos de ser de la cultura?

M. F.-  ¿Qué ha cambiado? Si me remonto a los años 50, la época donde el estudiante que yo era leía las obras de Lévi-Strauss y los primeros textos de Lacan, me parece que la novedad era la siguiente: descubríamos que la filosofía y las ciencias humanas vivían sobre una concepción muy tradicional del sujeto, y que no era suficiente decir, con algunos, que el sujeto era radicalmente libre, y con otros, que estaba determinado por condiciones sociales.

Nosotros descubrimos que había que buscar liberar todo lo que se esconde detrás del empleo aparentemente simple del pronombre «yo» [je]. El sujeto, una cosa compleja, frágil, de la que es tan difícil hablar, y sin la cual no podemos hablar.

– Lacan tuvo muchos adversarios. Fue acusado de hermetismo y de «terrorismo intelectual». ¿Qué piensa de esas acusaciones?

M. F.– Pienso que el hermetismo de Lacan se debía al hecho de que él quería que la lectura de sus textos no fuera simplemente una «toma de conciencia» de sus ideas.

El quería que el lector se descubriera él mismo [lui-même] como sujeto del deseo a través de esta lectura. Lacan quería que la obscuridad de sus Escritos fuera la complejidad misma del sujeto, y que el trabajo necesario para comprenderlo fuera un trabajo a realizar sobre sí mismo [soi-même].

En cuanto al «terrorismo», solamente subrayaré una cosa: Lacan no ejercía ningún poder institucional. Los que lo escuchaban querían escucharlo, precisamente. Solo aterrorizaba a los que tenían miedo. La influencia que uno ejerce nunca puede ser un poder que se impone.

Trad. Gabriel Meraz.

Lacan, le «libérateur» de la psychanalyse, de Dits et écrits (IV) , Gallimard, Paris, 1994, pp. 204-205.

El Goloso YO del Sujeto

Golosoyo

Por Marcelo Augusto Pérez

05–04–2011 / Sabemos que el gran enemigo del psicoanálisis es no tanto la medicina sino, como lo expresó M. Foucault, la psicología; que constituye al decir de Lacan un “error de apreciación del ser humano”.

Pero aún hay algo peor que Lacan combatió toda su vida porque es –justamente- lo inverso a la lectura que él mismo hizo de la obra freudiana: la psicología del Yo.

Este goloso Yo, o Ego o Self como muchas escuelas anglosajonas piden nombrar; es –vamos a decirlo de entrada- causa de grandes males para el Sujeto. No de todo mal; ya que el YO es el almásigo de la Defensa y si hay Defensa hay protección; pero demasiada protección indica brújula para el pito-catalán del deseo.

Pero demos un pequeño rodeo antes: Sabemos que en los 3 registros de Lacan, el de lo Imaginario –que no es dable despreciar ni minimizar obviamentecorrespondería a la superficie del Cuerpo; es decir –tal como lo definió Freud– al Yo.

Sabemos que el Sujeto entra al campo de este imaginario (es decir; construye su Yoel Yo no viene desde el vamos, es una construcción del Sujeto que muchas veces falla-) a partir de la imagen de Otro que Lacan bien conceptualizó en el harto conocido Estadio del Espejo.

Y finalmente –vamos rápido, lo sé- que Lacan ha diferenciado (su lalengua lo permite) el je del moi; y que el MOI (el Yo de lo Imaginario, a diferencia del je de la enunciación) no es el ICH.

Es decir que la frase del maestro vienés Wo ES War soll ICH werden deberá leerse muy diferente a cómo lo hacen los postfreudianos (Ego-Psycho a la cabeza).

Donde se dice: “El Yo debe desalojar al Eso” deberá escucharse “Allí donde el ESO estaba es ético que advenga el SUJETO”

Por tanto, ya desde el vamos, sabemos que el ES -el ESO; el ELLO para algunas traduccionesno es lo Inconsciente; y que el ICH no es el YO; sino la división –la Spaltung freudiana– del Sujeto.

¿Y qué es el ES/ESO/ELLO? Es pues la sede del Goce –leamos el Seminario 11– ya que, como también sabemos, lo Inconsciente sólo se ordena en un discurso. Es decir: Goce por un lado, Deseo por otro.

Bien pues; vayamos finalmente al punto crítico: por qué el psicoanálisis propone justamente el anverso del Otro-Psicoanálisis. Bien expresará Lacan en el Seminario mencionado up supra que en un final de análisis se tratará de inclinar el Espejo; es decir el A; es decir, barrar al Otro.

Es decir, y si se trata de inclinar un espejo, entender pues que el YO es sede de espejimos; pura defensa, núcleo central de toda defensa.

Vayamos a un ejemplo concreto de uno de los 3 mitos tomados por Freud: Narciso.

Su imagenpetrificada, cristalizadaparalizará su deseo.

Por contemplarse, por mirarse infinitamente, no se permitirá tomar agua; renunciará a su sed. Quedará así inmóvil, muerto ante su deseo, a costa de seguir reflejándose en ese espejo acuático.

Ahora bien: como sabemos esa imagen viene del Otro; es la manera que el Otro lo tomó para su goce; de ahí explicamos fácilmente cómo un Sujeto (con su YO pétreo) puede creerse que es el FALITO de mamá.

A veces ese falito es la inteligencia, la belleza de moda, las medallas del deporte, los puestos jerárquicos; otras veces –como dirá O. Massotaes el “salame de mamá”.

Creerse el falo no es más, en términos técnicos, creerse que puede colmar la falta –incestuosa obvia- que organiza el deseo de la Madre.

Creerse el falito no es más, pues, que prescindir de la castración: más YO, menos Sujeto.

Por eso Lacan ha llegado a decir que el Sujeto está enfermo de YO; el YO es pues, para nosotros seguidores de las enseñanzas del maestro francés; una enfermedad; o –para decirlo más rigurosamente- un síntoma.

¿Y cómo podemos pensar que si el sujeto demanda un análisis porque su estructura le hace síntoma; entonces nosotros le vamos a engordar dicho síntoma, su Yo, como si fuese un problema de carencia vitamínica?

¿No sabemos acaso que todo neurótico que se precie llega a nosotros totalmente infatuado?

¿No nos darnos cuenta que su discurso tiende a plantarse en el plano imaginario a-a´ del esquema Lambda y que, justamente, de esa Palabra Vacía hay que buscar el Habla Plena?

¿Cómo vamos a permitirnos que el sujeto se orgullezca (en términos criollos, se la crea) ya sea de su inteligencia, de su bondad o de sus buenas costumbres

Parece que estas preguntas, un poco obvias, todavía siguen dividiendo aguas entre ciertos psicoanalistas ingleses y americanos y nosotros que, clínica mediante, estamos bien predispuestos a escuchar los entredichos de la falla del sujeto, harto más que su obeso, gordinflon y petrificado discurso de infatuación.

Es decir, dispuestos a entender que, como dijo el poeta Discepolín, el Otro ha hecho que el sujeto no sea más que un tomate que se creyó una flor

Entrevista (poco) conocida con Jacques Lacan

[Merece ser leída aún por aquellos que piensan que el psicoanálisis es una pérdida de tiempo muy costosa, una suerte de relación imposible que se empeña en sobrevivir en tiempos modernos. Se descubre en estas líneas a una inteligencia que desbarata argumentos en contra del autor de La interpretación de los sueños. Granzotto atraviesa temas disímiles y complejos, y siempre prevalece la agudeza del entrevistado, que no se cansa de repetir que «el psicoanálisis es el reino de la palabra: no hay otro remedio».]

Yo agrego: Ya en 1974 se hablaba de una «Crisis del Psicoanálisis»hay gente que no sabe lo que dice

Lacan:

«En diez años máximo,
el que me lea hallará todo transparente,
como una buena jarra de cerveza
»

Emilio Granzotto
Magazine Litteraire

– Cada vez se habla con más frecuencia de la crisis del psicoanálisis. Se dice que Sigmund Freud está obsoleto, la sociedad moderna ha descubierto que su obra no basta para entender al hombre, ni para interpretar a fondo su relación con el mundo.

Esos son cuentos. En primer lugar, la crisis. No existe tal crisis, no puede haberla. El psicoanálisis aún no ha encontrado sus propios límites.

Todavía hay tanto por descubrir en la práctica y en el conocimiento. En el psicoanálisis no hay solución inmediata, sólo la larga y paciente investigación de las razones. En segundo lugar, Freud.

¿Cómo puede decirse que está obsoleto si aún no lo hemos entendido a cabalidad?

Lo que sí es cierto es que nos ha dado a conocer cosas completamente nuevas que ni siquiera habríamos imaginado antes de él. Desde los problemas del inconsciente hasta la importancia de la sexualidad, desde el acceso a lo simbólico hasta la sujeción a las leyes del lenguaje.

Su doctrina pone en tela de juicio la verdad, es una cuestión que nos concierne a todos y cada uno personalmente. Es algo muy distinto a una crisis. Lo repito: estamos lejos de Freud.

Su nombre también ha servido para cubrir muchas cosas, ha habido desviaciones, los epígonos no siempre han seguido fielmente el modelo, se han creado confusiones.

Tras su muerte en 1939, algunos de sus alumnos también pretendieron ejercer el psicoanálisis de otro modo, reduciendo su enseñanza a una fórmula banal: la técnica como ritual, la práctica restringida al tratamiento de la conducta, y como medio de readaptación del individuo a su entorno social.

Es la negación de Freud, un psicoanálisis de comodidad, de salón.

El propio Freud lo previó. Solía decir que hay tres posiciones insostenibles, tres tareas imposibles: gobernar, educar y ejercer el psicoanálisis. En nuestros días, poco importa quién asume la responsabilidad de gobernar y todo el mundo se cree educador.

En cuanto a los psicoanalistas, gracias a Dios, prosperan, como los magos y los curanderos. Proponer a la gente ayudarla significa un éxito asegurado, y la clientela se atropella a sus puertas. El psicoanálisis es otra cosa.

– ¿Exactamente qué?

Lo defino como un síntoma, revelador de la enfermedad de la civilización en la que vivimos. Ciertamente, no es una filosofía.

Aborrezco la filosofía, hace ya mucho tiempo que no dice nada interesante. El psicoanálisis tampoco es una fe y no me gusta llamarlo ciencia. Digamos que es una práctica y que se ocupa de lo que no anda bien.

Terriblemente difícil porque pretende introducir en la vida cotidiana lo imposible, lo imaginario. Ha obtenido algunos resultados hasta el presente pero aún no tiene reglas y se presta a todo tipo de equívocos.

No hay que olvidar que se trata de algo totalmente nuevo, bien sea con respecto a la medicina, o la sicología y a sus anexos. Además es muy joven. Freud murió hace apenas 35 años. Su primer libro, La Interpretación de los Sueños, fue publicado en 1900, con muy poco éxito.

Se vendieron, eso creo, 300 ejemplares en varios años. Tuvo pocos pupilos, a quienes se les tomaba por locos, y que ni siquiera estaban de acuerdo en la manera de poner en práctica y de interpretar lo que habían aprendido.

– ¿Qué es lo que no anda bien en el hombre de hoy?

Es ese gran hastío, la vida como consecuencia del curso del progreso. A través del psicoanálisis, las personas esperan aventurarse hasta donde puedan ir arrastrando ese hastío.

– ¿Qué impulsa a la gente a hacerse psicoanalizar?

El miedo. Cuando le ocurren cosas, incluso cosas que desea, cosas que no comprende, el hombre siente miedo. Sufre por no entender y poco a poco cae en un estado de pánico. Es la neurosis.

En la neurosis histérica, el cuerpo enferma de miedo de estar enfermo, sin estarlo en realidad. En la neurosis obsesiva, el miedo mete cosas raras en la mente, pensamientos que no podemos controlar, fobias en las cuales las formas y objetos adquieren significaciones diversas que suscitan miedo.

– ¿Por ejemplo?

El neurótico se siente obligado por una necesidad tremenda de ir docenas de veces a verificar si un grifo está realmente cerrado. O si una cosa está en su lugar, sabiendo sin embargo con certeza que el grifo está como debe estar y que la cosa está en el lugar donde debe estar. No hay píldoras que curen esto. Hay que descubrir por qué esto nos pasa y saber qué significa.

– ¿Y la cura?

El neurótico es un enfermo que se cura con la palabra, y sobre todo con su propia palabra. Debe hablar, contar, explicarse a sí mismo. Freud definía el psicoanálisis como la asunción por parte del sujeto de su propia historia, en la medida en que ella está constituida por la palabra dirigida a otro.

El psicoanálisis es el reino de la palabra, no hay otro remedio. Freud explicaba que el inconsciente no es tan profundo como inaccesible a un examen profundo de lo consciente. Y decía que en ese inconsciente, el que habla es un sujeto dentro del sujeto, trascendiendo al sujeto. La palabra es la gran fuerza del psicoanálisis.

– ¿La palabra de quién, del enfermo o del psicoanalista?

En el psicoanálisis los términos “enfermo”, “medicina”, “remedio” no son más precisos que las fórmulas pasivas que adoptamos comúnmente.

Cuando hablamos de “hacerse psicoanalizar” cometemos un error. Quien hace el verdadero trabajo en el análisis es quien habla, el sujeto analizado.

Aunque lo haga de la manera sugerida por el analista quien le indica cómo proceder, y lo ayuda mediante sus intervenciones. Él también proporciona una interpretación.

A simple vista, ella parece dar un sentido a lo que dice el analizado. En realidad, la interpretación es más sutil, tendiendo a borrar el sentido de las cosas por las que sufre el individuo.

El objetivo es mostrarle a través de su propio relato que el síntoma, digamos la enfermedad, no tiene relación alguna con nada, que está privada de cualquier sentido posible. Aunque en apariencia es real, no existe.

Las vías por las que procede este acto de la palabra exigen mucha práctica y una paciencia infinita. La paciencia y la medición son los instrumentos del psicoanálisis. La técnica consiste en saber medir la ayuda que se le da al individuo analizado. En consecuencia, el psicoanálisis es difícil.

– Cuando se habla de Jacques Lacan se asocia inevitablemente este nombre con una fórmula, el “regreso” a Freud ¿Qué significa esto?

Exactamente lo que se dice. El psicoanálisis es Freud. Si se quiere hacer psicoanálisis, hay que regresar a Freud, a sus términos y definiciones, leídos e interpretados en sentido literal.

Yo fundé en París una escuela freudiana precisamente con este objetivo.

Hace más de 20 años que expongo mi punto de vista: regresar a Freud significa simplemente despejar el terreno de desviaciones y equívocos de la fenomenología existencial por ejemplo, como del formalismo institucional de las sociedades psicoanalíticas, retomando la lectura de la enseñanza de Freud según los principios definidos y enumerados a partir de su trabajo.

Releer a Freud quiere decir sencillamente releer a Freud. Quien no lo hace en el psicoanálisis, utiliza una fórmula abusiva.

– Pero Freud es difícil. Y se dice que Lacan lo vuelve francamente incomprensible. A Lacan se le reprocha hablar y sobre todo escribir de una maneta tal que sólo unos pocos adeptos pueden esperar comprender.

Lo sé, se me tiene por un oscuro que esconde su pensamiento tras una cortina de humo. Me pregunto por qué. A propósito del análisis, repito con Freud que es “el juego intersubjetivo a través del cual la verdad entra en lo real” ¿Acaso no está claro? Pero el psicoanálisis no es cosa de niños.

Mis libros son definidos como incomprensibles ¿Pero por qué? No los escribí para todo el mundo, para que fueran comprendidos por todos.

Al contrario, nunca me ocupé en lo más mínimo de complacer a ningún tipo de lector, quien quiera que sea. Tenía cosas que decir y las dije.

Me basta con tener un público que lee. Si no comprenden, paciencia. En cuanto al número de lectores, he tenido más suerte que Freud. Mis libros son incluso más leídos, eso me sorprende.

También estoy convencido de que en diez años máximo, el que me lea hallará todo transparente, como una buena jarra de cerveza. Quizá entonces dirán: ‘Este Lacan, que banalidad’”.

– ¿Cuáles son las características del lacanismo?

Aún es muy pronto para decirlo, ya que el lacanismo todavía no existe. Apenas se siente su aroma, como un presentimiento.

En todo caso, Lacan es un señor que práctica el psicoanálisis desde al menos 40 años y que durante todos esos años lo ha estudiado. Creo en el estructuralismo y en la ciencia del lenguaje.

Escribí en mi libro que “a lo que nos lleva el descubrimiento de Freud es a la enormidad del orden en el que hemos entrado, en el que nacimos por segunda vez, si se quiere expresar así, saliendo del estado llamado muy acertadamente infans, sin palabra”.

El orden simbólico sobre el cual Freud basó su descubrimiento está constituido por el lenguaje como momento del discurso universal concreto.

Es el mundo de la palabra el que crea el mundo de las cosas, inicialmente confusas en todo lo que está por suceder. Sólo las palabras pueden dar un sentido cabal a la esencia de las cosas. Sin las palabras, nada existiría ¿Qué sería el placer sin el intermediario de la palabra?

Mi idea es que Freud, enunciando en sus primeras obras – La interpretación de los sueños, Más allá del principio del placer, Tótem y tabú– las leyes del inconsciente, fue el precursor de la postulación de las teorías con las cuales unos años después Ferdinand de Saussure abriría la vía a la lingüística moderna.

Esta está sometida, como todo el resto, a las leyes del lenguaje. Sólo las palabras pueden engendrarla y darle consistencia. Sin el lenguaje, la humanidad no avanzaría ni un paso en las investigaciones sobre el pensamiento. Este es el caso del psicoanálisis.

Cualquiera que sea la función que se le atribuya, agente de sanación, de formación o de sondeo, sólo hay un medio del cual nos servimos: la palabra del paciente. Y toda palabra amerita una respuesta.

– Luego, es análisis en tanto que diálogo. Hay personas que lo interpretan más bien como un sucedáneo de la confesión.

¿Pero qué confesión? No le confesamos nada al psicoanalista. Uno se deja llevar a decirle cosas, simplemente, todo lo que nos pasa por la cabeza. Palabras, precisamente.

El descubrimiento del psicoanálisis es el hombre como animal hablante. Le corresponde al analista ordenar las palabras que escucha y darles un sentido, una significación. Para hacer un buen análisis, hace falta un acuerdo, la alianza entre el analizado y el analista.

A través del discurso de uno, el otro intenta de hacerse una idea de lo que se trata y descubrir más allá del síntoma aparente el nudo difícil de la verdad. La otra función del analista es explicar el sentido de las palabras para hacer entender al paciente lo que puede esperarse del análisis.

– Es una relación de extrema confianza.

Más bien un intercambio donde lo importante es que uno habla y el otro escucha. También el silencio. El analista no plantea preguntas y no tiene ideas.

Sólo da las respuestas que quiere darle a las cuestiones que suscitan su deseo. Pero al final del final, el analizado siempre va a donde lo lleva el analista.

– Acaba de hablar de la cura ¿Hay posibilidad de curar? ¿Superar la neurosis?

El psicoanálisis triunfa cuando limpia el terreno, sale del síntoma, sale de lo real. Es decir, cuando llega a la verdad.

– ¿Podría enunciar el mismo concepto de una manera menos lacaniana?

Llamo síntoma a todo lo que viene de lo real. Y real a todo aquello que anda mal, que no funciona, que se opone a la vida del hombre y al enfrentamiento de su personalidad. Lo real siempre regresa al mismo lugar.

Siempre lo encontramos allí, con los mismos rostros. Los científicos tienen razón al decir que nada es imposible en lo real. Hace falta un tupé sagrado para afirmar cosas de este tipo, o bien, como lo supongo, la total ignorancia de lo que se hace y se dice.

Lo real y lo imposible son antitéticos, no pueden ir juntos. El análisis empuja al individuo hacia lo imposible, le sugiere considerar el mundo como es verdaderamente, es decir imaginario, sin significación.

Mientras que lo real, como un pájaro voraz, no hace más que nutrirse de cosas con sentido, acciones que tienen un sentido.

Escuchamos repetir que hay que darle sentido a esto o aquello, a sus propios pensamientos, a sus propias aspiraciones, a los deseos, al sexo, a la vida. Pero no sabemos nada de nada sobre la vida. Los sabios se afanan en explicárnoslo.

Mi temor es que por su fracaso, lo real, esa cosa monstruosa que no existe, termine por tomarlo, por arrastrarlo. La ciencia sustituye a la religión y además es más despótica, obtusa y oscurantista. Hay un dios-átomo, un dios-espacio, etc. Si la ciencia gana o la religión, el psicoanálisis está acabado.

– ¿En nuestros días, que relación existe entre la ciencia y el psicoanálisis?

Para mí, la única ciencia verdadera, seria, a seguir, es la ciencia-ficción. La otra, la oficial, la que tiene sus altares en los laboratorios, avanza a tientas, sin equilibrio. E incluso, comienza a tener miedo de su propia sombra.

Parece que a los sabios les está llegando el momento de la angustia.

En sus laboratorios asépticos, en sus batas almidonadas, esos viejos chiquillos que juegan con cosas desconocidas, fabricando aparatos cada vez más complicados e inventando fórmulas cada vez más oscuras, comienzan a preguntarse lo que podrá venir mañana, a dónde nos llevarán finalmente sus investigaciones siempre novedosas.

En fin, yo me pregunto ¿y si fuera demasiado tarde? Los biólogos se lo preguntan hoy, o los físicos, los químicos. Para mí, están locos.

Aunque ya están en el proceso de cambiarle el rostro al universo, sólo ahora, en el presente se les ocurre preguntarse si por casualidad esto no podría ser peligroso ¿Y si todo saltara? ¿Si las bacterias cultivadas tan amorosamente en los blancos laboratorios se transformaran en enemigos mortales?

¿Y si el mundo fuera barrido por una horda de estas bacterias con toda la mierda que lo habita, comenzando por esos sabios de los laboratorios?

A las tres posiciones imposibles de Freud, gobierno, educación, psicoanálisis, yo le agregaría una cuarta, la ciencia. Salvo que los sabios no saben que su posición es insostenible.

– Esa es una visión bastante pesimista de lo que llamamos progreso.

No, es otra cosa. No soy pesimista. No pasará nada. Por la sencilla razón de que el hombre es un bueno para nada, ni siquiera es capaz de destruirse a sí mismo. Personalmente, me parecería maravillosa una calamidad total producida por el hombre.

Esa sería la prueba de que ha llegado a hacer algo con sus manos, su cabeza, sus intervenciones divinas, naturales o de otra especie.

Todas esas bellas bacterias sobrealimentadas por diversión, diseminadas en el mundo como las langostas de la Biblia, significarían el triunfo del hombre. Pero eso no sucederá.

La ciencia atraviesa, afortunadamente, por una crisis de responsabilidad, todo entrará en el orden de las cosas, como se dice.

Yo lo anuncié: lo real tomará la delantera, como siempre. Y nosotros seremos como siempre dichosos.

– Otra paradoja de Jacques Lacan. Se le reprocha, además de la dificultad del lenguaje y oscuridad de los conceptos, los juegos de palabras, las bromas del lenguaje, los retruécanos a la francesa, y precisamente, las paradojas. Quien lo escucha o quien lo lee tiene el derecho a sentirse desorientado.

De hecho, ya no bromeo, digo cosas muy serias. Me sirvo solamente de la palabra como los sabios de los que he hablado se sirven de sus alambiques y de sus instalaciones electrónicas. Siempre busco referirme a la experiencia del psicoanálisis.

– Usted dice: lo real no existe. Pero el hombre promedio sabe que lo real es el mundo, todo lo que lo rodea, lo que ve con sus ojos, lo que toca.

Deslastrémonos también de este hombre promedio que, en principio no existe. Existen individuos, eso es todo.

Cuando escucho hablar del hombre común, de fenómenos de masa y de cosas de ese tipo, pienso en todos los pacientes que he visto pasar por el diván en cuarenta años de escucha.

Ninguno, en medida alguna, se parece al otro, ninguno tiene las mismas fobias, las mismas angustias, la misma manera de relatar, el mismo miedo de no entender. El hombre promedio ¿quién es ese? ¿Yo, usted, mi conserje, el presidente de la república?

– Hablábamos de lo real, del mundo que vemos todos.

Exactamente. La diferencia entre lo real, es decir lo que está mal, y lo simbólico, lo imaginario es decir la verdad, es que lo real es el mundo.

Para constatar que el mundo no existe, que no hay mundo, basta con pensar en todas las banalidades que una infinidad de imbéciles creen que es el mundo. Y yo invito a mis amigos de Panorama, antes de acusarme de paradójico, a reflexionar sobre lo que apenas han leído.

– Se diría que usted es siempre pesimista.

Eso no es cierto. No me clasifico ni entre los alarmistas ni entre los angustiados. Será muy infeliz el psicoanalista que no haya superado el estadio de la angustia.

Es cierto, a nuestro alrededor hay cosas horripilantes y devoradoras, como la televisión por medio de la cual una gran parte de nosotros es fagocitada. Pero esto sólo ocurre porque hay personas que se dejan fagocitar, que hasta se inventan un interés por lo que ven.

Luego, hay otros ardides monstruosos igualmente devoradores: los cohetes que van a la luna, las investigaciones en el fondo de los océanos, etc.

Todas cosas que devoran. Pero no hay motivo para dramatizar. Estoy seguro de que cuando nos hartemos de los cohetes, de la televisión y de todas las malditas investigaciones al vacío, encontraremos otra cosa de qué ocuparnos.

Es una reviviscencia de la religión ¿verdad? ¿Y qué mejor monstruo devorador que la religión? Es una fiestas continua para divertirse durante siglos como ya ha quedado demostrado.

Mi respuesta a todo eso, es que el hombre siempre ha sabido adaptarse al mal. Lo único real que podemos concebir, a lo que tenemos acceso es justamente eso: habrá que buscarle una razón, darle sentido a las cosas, como decimos.

De otro modo, el hombre no tendría angustia, Freud no se habría hecho célebre, y yo sería profesor de liceo.

– ¿Las angustias siempre son de esta naturaleza o existen angustias ligadas a ciertas condiciones sociales, a determinadas épocas históricas, a algunas latitudes?

La angustia del sabio que tiene miedo de sus descubrimientos puede parecer reciente. ¿Pero qué sabemos de lo que ocurrió en otros tiempos? ¿De los dramas des otros investigadores?

La angustia del obrero esclavo en la cadena de producción como en la rama de una galera, es la angustia de hoy. O, más sencillamente, está vinculada con las otras definiciones y palabras de hoy.

– ¿Pero qué es la angustia para el psicoanálisis?

Algo que se sitúa más allá de nuestro cuerpo, un miedo, pero de nada, que el cuerpo, incluido el espíritu, puede motivar. El miedo del miedo, en resumen. Muchos de esos miedos, muchas de esas angustias, al nivel que las percibimos tienen que ver con el sexo.

Freud decía que la sexualidad, para el animal hablante que se llama hombre, no tiene ni remedio ni esperanza. Una de las tareas del analista es encontrar en la palabra del paciente la relación entre la angustia y el sexo, ese gran desconocido.

– Hoy en día, cuando el sexo se distribuye por todas partes, sexo en el cine, sexo en el teatro, sexo en la televisión, sexo en los periódicos, en las canciones, en las playas, se dice que las personas siente menos angustia por los problemas ligados a la esfera sexual. Los tabúes han caído, se dice, el sexo ya no da miedo.

La sexomanía invasora no es más que un fenómeno publicitario. El psicoanálisis es una cosa sería que tiene que ver, lo repito, con una relación estrictamente personal entre dos individuos: el sujeto y el analista. No existe el psicoanálisis colectivo, así como no hay angustias o neurosis de masas.

Que el sexo sea puesto al orden del día en cada esquina, tratado como un detergente cualquiera en los carruseles televisados, no implica ninguna promesa de beneficio alguno. No digo que eso sea malo.

No basta ciertamente con tratar las angustias y los problemas particulares. Hay que partir de la moda, de esa fingida liberalización que se nos da, como un bien otorgado desde arriba, por la supuesta sociedad permisiva. Pero no sirve a nivel del psicoanálisis.

[Este texto fue recuperado por la revista francesa Magazine Litteraire 428, en febrero de 2004]

La entrevista fue realizada en 1974 por Emilio Granzotto, y fue inédita hasta el 2004.

Magazine Litteraire Nro. 428

Algunos datos sobre la
presente edición

  1. Sobre las Traducciones
  2. Sobre las Fuentes de los Seminarios
  3. Sobre algunas limitaciones en
    letras y símbolos

 


 

Sobre
las Traducciones

SEMINARIO 1 La traducción íntegra pertenece a Rithee Cevasco y
Vicente Mira Pascual y la revisión a Diana Rabinovich con el
acuerdo de Jacques-Alain Miller
SEMINARIO 2 La traducción íntegra pertenece a Irene Agoff con
revisión de Diana Rabinovich y el acuerdo de Jacques-Alain Miller
SEMINARIO 3 La traducción íntegra pertenece a Juan-Luis Delmont-Mauri
y Diana Rabinovich.
SEMINARIO 4 La traducción íntegra pertenece a Eric Berenger
SEMINARIO 5 Clases 1, 2,
3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 12, 13
: Ricardo
E. Rodriguez Ponte para circulación interna de la E.F.B.A.
Clases 11, 14, 15, 16
: Angélica
Lasarte y María del Carmen Meroni para circulación
interna de la E.F.B.A. Clase
17
: Patricia E. Arias y
Ricardo Díaz Romero
Clase 22
: Gustavo Aranda,
Noemí Ruiz y Gabriel Bourdin. Buenos Aires. Agosto de 1990
Clase 23
: Noemí
Ruíz, Gabriel Bourdín y Gustavo Aranda. Buenos Aires,
Agosto de 1990 Clase
25
: Alejandra Swarinsky,
Julio Lutzky y Juan Siri
SEMINARIO 6 Clases 1, 2,
3, 4, 5, 6, 7, 8 y 9
: Adriana
Calzetta, Hugo Levín, Jaime Reises y Diana Weindichasky, con
la colaboración de Adelfa Jozami. Escuela Freudiana de Buenos
Aires Clases
10, 11, 12, 13 y 14:
Adriana
Calzetta, Hugo Levín, Jaime Reises y Diana Weindichasky.
Escuela Freudiana de Buenos Aires
Clases 15 y 16
: Adriana
Calzetta, Hugo Levín, Jaime Reises y Diana Weindichasky, con
la colaboración de Adelfa Jozami. Escuela Freudiana de Buenos
Aires Clases
17, 18, 19 y 20
: Adriana
Calzetta, Hugo Levín, Jaime Reises y Diana Weindichasky.
Escuela Freudiana de Buenos Aires
SEMINARIO 7 Clase 3:
En nuestra versión figura la exposición de Jean-Bertrand
Lefèbre-Pontalis (Clase 3). No está transcripta en la
versión de PAIDOS.
Clase 4
: Javier Aramburu y
Juan Carlos Cosentino
Clase 6, 23 y 24
: (versión
PAIDOS): Diana Rabinovich Clase
7
: Ana Ruth Najles
Clase 12
: (Complemento) :
Ana Ruth Najles Clase
14
: Traductora: Ana Ruth Najles
Clase 23 y 24
: PAIDOS
SEMINARIO 8 Clases 16 y 23/11/1960:
Tola Pizarro y Susana Mizrahí Clases
30/11 y 7/12 de 1960
:
Catherine Meyer y María del Carmen Meroni
Clases 14, 21/12/1960 y 11, 18/1/1961
:
Mónica Micchiutti, Silvia Amigo y Haidee Heinrinch Clases
25/1/61 y 1/2/61
:
Catherine Meyer y Silvia Amigo
Clases 8/2/61, 1/3/1961
: Catherine
Meyer y Gabriel Lombardi Clases
8/31961
: Catherine Meyer y
Alberto Fernández
Clases 15, 22/3/1961
:
Catherine Meyer y Haydee Heinrich Clases
15, 24/5/1961
: Catherine
Meyer y Silvia Amigo
Clases 31/5/1961 y 7/6/1961
:
Catherine Meyer y Haydee Heinrich Otros
traductores y colaboradores
:
Judth Jamschon, Armando Poratti, Ana María Gómez,
Sergio Rocchietti, Ilda Levin, José Zuberman, Isidoro Vegh,
Héctor Rúpolo, Victor Iunger y Pablo Kövalovsky
SEMINARIO 9 Clase 3:
Mario Pujó y Ricardo Scavino. La traducción no consigna
quienes tradujeron el resto de las clases.
SEMINARIO 10 Traducción de Irene M. Agoff, con la supervisión
técnica de Isidoro Vegh y Juan Carlos Cosentino
SEMINARIO 10 bis Segunda revisión: Irene Agoff
(Inédito) Traducción: Judith Iamschon y Héctor Rúpolo –
Primera revisión: Silvia Fendrik
SEMINARIO 11 Versión comparada de Jorge Tarella para la Escuela Freudiana
de la Argentina
SEMINARIO 12 La versión corresponde a Ricardo E. Rodriguez Ponte realizada
para la Escuela Freudiana de Buenos Aires.
SEMINARIO 13 Versión comparada de Jorge Tarella para la Escuela Freudiana
de la Argentina
SEMINARIO 14 Traducción de Pablo G. Kaina
SEMINARIO 15 Para la traducción de este seminario se utilizó la
versión traducida por M. Chollet y los números de la
revista Ornicar? 2,3,4 y 5 transcriptas por Jacques-Alain
Miller. La versión corresponde a Ricardo E. Rodriguez Ponte
realizada para la Escuela Freudiana de Buenos Aires.
SEMINARIO 16 Versión completa traducida por Ana María Goméz y
Sergio Rocchietti para la Escuela Freudiana de Buenos Aires.
SEMINARIO 17 Versón del Simposio del Campo Freudiano, no consigna traductor.
SEMINARIO 18 Versión comparada de Jorge Tarella para la Escuela Freudiana
de la Argentina
SEMINARIO 19 La versión corresponde a Ricardo E. Rodriguez Ponte realizada
para la Escuela Freudiana de Buenos Aires.
SEMINARIO 19 bis La fuente ENAPSI. Entidad de Acción Psicoanalítica no
consigna traductor.
SEMINARIO 20 La traducción íntegra pertenece a Diana Rabinovich, Juan-Luis
Delmont-Mauri y Julieta Sucre y la revisión a Diana
Rabinovich con el acuerdo de Jacques-Alain Miller.
SEMINARIO 21 Irene M. Agoff de Ramos – Revisión Técnica: Evaristo Ramos.
SEMINARIO 22 La traducción y notas son de Ricardo E. Rodriguez Ponte.
SEMINARIO 23 La traducción y notas son de Ricardo E. Rodriguez Ponte.
SEMINARIO 24 Respecto al título de este seminario pueden encontrarse varias
interpretaciones acerca de la traducción y del modo de
traducirla. Clase
1
: texto establecido por
J.-A. Miller en Ornicar?, 12/13 traducción: SUSANA
SHERAR, RICARDO E. RODRIGUEZ PONTE para circulación interna de
la E.F.B.A.
Clase 2
: texto establecido
por J.-A. Miller en Ornicar?, 12/13 traducción: SUSANA SHERAR,
RICARDO E. RODRIGUEZ PONTE para circulación interna de la
E.F.B.A. Clase 3:
Carlos Ruiz
Clase 4
: texto establecido
por J.-A. Miller en Ornicar?, 12/13 traducción:
SUSANA SHERAR, RICARDO E. RODRIGUEZ PONTE para circulación
interna de la E.F.B.A. Clase
5
: Lo real continúa
lo imaginario – 18 de Enero de 1977 traducción: SUSANA SHERAR.
RICARDO E. RODRIGUEZ PONTE para circulación interna de la E.F.B.A.
Clase 6
: Carlos Ruiz
Clase 7
: Carlos Ruiz
Clase 8
: Texto establecido
por J.A. Miller en Ornicar? 12/13 traducción: SUSANA SHERAR,
RICARDO E. RODRIGUEZ PONTE para circulación interna de la
E.F.B.A. El texto traducido fue tomado de una recopilación sin
indicación editorial que lleva por título: JACQUES
LACAN – PETITS ECRITS ET CONFERENCES – 1945 – 1981 J. Lacan,
seminario del 8 de Marzo de 1977, transcripción en Ornicar?,
16, p. 13. J. Lacan, conclusión de las Jornadas de Lille,
transcripción en Lettres de l’EFP 2, P.479. Clase
9
: texto establecido por
J.-A. Miller en Ornicar? 16 traducción: SUSANA SHERAR
y RICARDO E. RODRIGUEZ PONTE para circulación interna de la E.F.B.A.
Clase 10
: La estafa
psicoanalítica -15 de Marzo de 1977. texto establecido por
J.-A. Miller en Ornicar?,, 17/18 traducción: SUSANA
SHERAR y RICARDO E. RODRIGUEZ PONTE para circulación interna
de la E.F.B.A Clase
11
: texto establecido por
J.-A. Miller en Ornicar?, 17/18. traducción: SUSANA
SHERAR y RICARDO E. RODRIGUEZ PONTE. Para circulación interna
de la E.F.B.A.
Clase 12
: texto establecido
por J.-A. Miller en Ornicar?, 17/18. traducción:
SUSANA SHERAR y RICARDO E. RODRIGUEZ PONTE, para circulación
interna de la E.F.B.A.
SEMINARIO 25 La traducción pertenece a Ricardo E. Rodriguez Ponte para
circulación interna de la E.F.B.A
SEMINARIO 26 Traducción de Pablo G. Kaina.
SEMINARIO 27 Colaboró en la traducción Beatriz Rajlín.
Clase 6 y 7
: Juan Luis
Delmont-Mauri. En el resto de la traducción no fueron
consignados los traductores.

Top


Sobre
las Fuentes de los Seminarios

SEMINARIO -1 Versión completa de la Escuela Freudiana de Buenos Aires
SEMINARIO 0 Versión completa de la Escuela Freudiana de Buenos Aires. *Le
Mythe individuel du néurosé ou «Poésie et
vérite» dans le néurosé. Centre de la
documentation universitaire. París, 1953. Mimeografiado.
SEMINARIO 1 Versión completa de PAIDOS.
SEMINARIO 2 Versión completa de PAIDOS.
SEMINARIO 3 Versión completa de PAIDOS.
SEMINARIO 4 Versión completa de PAIDOS.
SEMINARIO 5 Versión completa de la Escuela Freudiana de Buenos Aires. Los
gráficos de este seminario fueron extraidos de la
versión realizada por Ricardo Díaz, Romero y Patricia
Arias en Fichas de Psicoanálisis 2. Gráficos para leer. «Las
formaciones del inconsciente».
Año 1995.
Publicación del Comité de Edición de la Escuela
de Psicoanálisis Sigmund Freud. Rosario. Al respecto
transcribimos fragmentos del texto de fundamentación de los
autores: Este seminario V ha tenido, entre nosostros, una
«transcripción» de J.B.Pontalis que fuera publicada
en el «Bulletin de la Psychologie» (…). Ahora contamos
con una nueva versión en francés y otra en
español, en nuestra biblioteca. Amabas idénticas. Estas
versiones tienen, a su vez, una carácterística
también muy particular: practicamente no está
registrado en ellas ningún «esquema», siendo que
Lacan todo el tiempo se está refieriendo al «esquema»
o «esquemita»….
SEMINARIO 6 Versión completa de la Escuela Freudiana de Buenos Aires
SEMINARIO 7 Versión completa de la Escuela Freudiana de Buenos Aires y
versión parcial de PAIDOS
SEMINARIO 8 Versión completa de la Escuela Freudiana de Buenos Aires. En
las cronologías francesas difieren las fechas y la cantidad de
clases de este seminario. a) La fechas difieren todas en un día
b) En la versión de la cronología francesa de Joel Dor
incluye una clase con fecha 4 de Abril de 1961, pero al parecer es
del 5 de Abril de 1961. c) Una versión tiene registrada 26
clases y otra 27, pero en realidad falta una en esta última
que la otra tiene (Dor), pero a su vez a esta última (Dor) le
faltan dos clases que la primera tiene. d) En resumen, son 28 clases,
pero en ambas versiones faltan 2 (Dor) y en la otra falta 1. La
versión de JAM no tiene esta clase
SEMINARIO 9 Versión completa de la Escuela Freudiana de Buenos Aires
SEMINARIO 10 Versión completa de la Escuela Freudiana de Buenos Aires
SEMINARIO 10 bis (Inédito) Versión de la Escuela Freudiana de Buenos Aires
SEMINARIO 11 Versión Escuela Freudiana de la Argentina
SEMINARIO 12 Versión completa de la Escuela Freudiana de Buenos Aires
SEMINARIO 13 Versión Escuela Freudiana de la Argentina
SEMINARIO 14 Versión Escuela Freudiana de la Argentina
SEMINARIO 15 Versión completa de la Escuela Freudiana de Buenos Aires
SEMINARIO 16 Versión completa de la Escuela Freudiana de Buenos Aires
SEMINARIO 17 Versión completa de Simposio del Campo Freudiano
SEMINARIO 18 Versión Escuela Freudiana de la Argentina
SEMINARIO 19 Versión completa de la Escuela Freudiana de Buenos Aires. Las
clases de este seminario fueron dictadas en dos partes: 1) en el
hospital Sainte Anne. Las cuales son denominadas charlas «El
saber del psicoanalista» 2) en lugar habitual del seminario
(Facultad de Panthéon) «…O peor» La
publicación original está separada, en especial porque
el mensaje, el propósito y el tono son diferentes. Ambos temas
se entrecruzan permanentemente Los auditorios fueron distintos y
recién se juntan todos en el mes de Junio de 1972 Hemos
adoptado el mismo criterio de edición (en principio,
separados) y luego en una versión integrada,
denominándolos de la siguiente manera: Seminario
19
: «…o peor» Seminario
19 (bis):
«El saber del psicoanalista» Seminario
19 (versión integrada):
«…o peor» (El
saber del psicoanalista)
SEMINARIO 20 Versión completa de PAIDOS. Incluye la Conferencia de F.
Recanati
extraida de la Escuela Freudiana de Buenos Aires
SEMINARIO 21 Versión completa de la Escuela Freudiana de Buenos Aires
SEMINARIO 22 Versión completa de la Escuela Freudiana de Buenos Aires
SEMINARIO 23 Versión completa de la Escuela Freudiana de Buenos Aires
SEMINARIO 24 Versión completa de ENAPSI Entidad de Acción
Psicoanalítica, más clases faltantes ubicadas en Buenos
Aires traducidas.
SEMINARIO 25 Versión completa de la Escuela Freudiana de Buenos Aires
SEMINARIO 26 Versión completa de la Escuela Freudiana de Buenos Aires
SEMINARIO 27 Versión integrada con recopilación de la Escuela
Freudiana de Buenos Aires y propia de esta edición con
investigación para este CD.

Top


Sobre
algunas limitaciones en letras y símbolos

Algunas limitaciones en letras y
símbolos fueron resueltas de la siguiente forma:

Sujeto Barrado: S barrada o S/ = $
El Otro barrado: A/ [A mayúscula barrada]
La mujer no existe: La [La barrada]. «La mujer no existe
Inscripciones en griego: En algunos lugares podrá leerse [GRIEGO] o [ESCRITURA EN
GRIEGO], en otros aparece como gráfico sustituyendo los carácteres.
Fórmulas matemáticas: Las inscripciones de símbolos aparecen como gráficos, o
redactadas para ser leídas.
Inscripciones de símbolo
rombo (lonsange)
Utilizado frecuentemente en la fórmula del fantasma o en
inscripciones matemáticas, figura con la palabra [lonsage] o
el rombito en forma de gráfico
El símbolo de Raíz cuadrada Figura con el nombre [raíz cuadrada de…]
Símbolos o números
en forma de  «quebrados»
En algunos casos están resueltos como (p.e.): 1 sobre a,
ó, raíz cuadrada de 3 sobre 1+a c, etc…; en otros
están tomados como gráficos.
Errores en nombres o palabras Debido a que esta edición puede contener errores en
función de las diferentes transcripciones recomendamos cuando
una frase o palabra no se encuentre- buscar por aproximación
de sentido, sonido o letra

Top


Indice General de los Seminarios

Seminario -1 El Hombre de los Lobos
Seminario 0 El mito individual del neurótico. (El
Hombre de las Ratas)
Seminario 1 Los Escritos Técnicos de Freud
Seminario 2 El Yo en la Teoría de Freud
Seminario 3 Las Psicosis
Seminario 4 La Relación de Objeto
Seminario 5 Las Formaciones del Inconsciente
Seminario 6 El Deseo y su interpretación
Seminario 7 La ética del Psicoanálisis
Seminario 8 La Transferencia
Seminario 9 La Identificación
Seminario 10 bis (inédito) Los nombres del Padre
Seminario 10 La Angustia
Seminario 11 Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis
Seminario 12 Problemas cruciales para el Psicoanálisis
Seminario 13 El Objeto del Psicoanálisis
Seminario 14 La Lógica del Fantasma
Seminario 15 El Acto Psicoanalítico
Seminario 16 De un otro al otro
Seminario 17 El Reverso del Psicoanálisis
Seminario 18 De un discurso que no sería de apariencia
Seminario 19 …Ou Pire
Seminario 19 bis El Saber del Psicoanalista
(«charlas» en Ste. Anne)
Seminario 19 (integrado) El Saber del Psicoanalista
Seminario 20 Aún
Seminario 21 Los incautos no yerran (Los nombres del padre)
Seminario 22 R.S.I.
Seminario 23 El Sínthoma
Seminario 24 Lo no sabido que sabe de la
una-equivocación se ampara en la morra
Seminario 25 El momento de concluir
Seminario 26 La Topología y el Tiempo
Seminario 27 Disolución

Haz clic aquí para suscribirte y recibir notificaciones de nuevos posts por email

mayo 2011
L M X J V S D
 1
2345678
9101112131415
16171819202122
23242526272829
3031  
A %d blogueros les gusta esto: